MADRUGADA
¿Cómo se hace
para que el sol de tus deseos
agonice en la playa de mi piel?
¿Cómo se hace
para no ser bostezo
de tu cansancio
ni silencio en tu soledad?
¿Cómo se hace
para sostener las dudas
en la cuerda floja de mi incertidumbre
y no precipitarme
en el despeñadero de la melancolía?
¿Cómo se hace
para ser
beso,
abrazo
y silencio
en el poema de tus necedades?
¡Y cómo se hace
para amarte tal como eres:
madrugada,
sombra,
misterio…!
ORGÍA
Esta manía
de tener un amante cada noche
colgado del lecho,
metido en mi piel,
trastornando los sentidos.
Esta manía
tiene de perverso y de curioso.
Los amantes crecen
con mis años,
puedo disfrutar de todos…
sus turnos no tienen
que ver con el tiempo,
algunos son cortos en su orgasmo,
plácida caricia del momento,
me llevan al éxtasis
y las horas se detienen.
Esta manía
de abrir las puertas del infierno
con la llave del espanto en erección,
amorfo, etéreo…
pájaros sin plumas, que vuelan infinito,
anidan en mi mente perturbada,
picos que taladran el alma,
alas multicolores que todo lo han visto.
Esos mis amantes…
son los libros.
BARCO DE PAPEL
Me has hecho mar de leva.
De un soplo has roto mi cántaro,
bosque húmedo,
que a la orilla del laberinto
barre mi edad de leyenda.
Me has hecho ola,
espuma desnuda de la utopía,
delirio en busca del mito.
Me has hecho tempestad,
torrente en el punto exacto de mi cuerpo.
Me has hecho playa,
sueños de arena
en donde ancla
tu barco de papel.
SEXONEGRO
Acurrucado está mi
beso
en el regazo de la
lontananza:
tímido,
dolido,
hecho lágrimas.
Beso que sabe,
que siente,
Siente y suena,
sentido y sensual,
sensual sexonegro,
sexo de la
traición.
Ahora,
en el hilo de la
melancolía
enhebro tus besos
que van,
que vienen,
Vienen y duelen,
duelen al verso,
llora el poema,
Halo y huella de
mi destino.
ABRIL
Va de regreso mi
ternura,
desciendo por los
días
en que tomé tu
mano
y encuentro tu
beso,
colibrí de mil
flores que picotea
en mi boca de
mariposa transparente,
entretejiendo los
colores de la pasión
y los orgasmos de
la luz.
Brindo por tu boca
que descubrió mi
entraña,
hilvanando
estrellas
para cubrir mi piel de organza
cuando regrese la
noche
Brindo por el hilo
de tu voz
que acaricia la
memoria de los besos
y murmura:
¡somos tan añejos amor
que hoy
naufragamos
en las agujas del
reloj!