miércoles, 27 de febrero de 2019

TU VOZ SE HACE LLUVIA


TU VOZ SE HACE LLUVIA
A mi hijo Francisco Eduardo (in memoriam)              
Ya no cabe tanta agua en mi recuerdo
ni tanta lluvia cabe
entre la lluvia;
“EULER RAMIRO GRANDA”



Jugábamos a las escondidas con los relámpagos
y cuando el trueno estremecía el aposento blanco
donde tenías que pasar tu vida, nos abrazábamos
hasta que un sueño de espuma te cubría .

Tu risa y la lluvia
se fueron tornando en suspiros
y como hilacha del tiempo tu voz
se fue rompiendo en  ausencias.

Tu risa y la lluvia
van deshojando los recuerdos
que reposan en las campanas,
en el musgo donde duerme la orquídea,
en los atardeceres que gota a gota
se vuelven, noche,
amanecer, grito y soledad.
¡No para de llover!
Tu estrepitosa risa se deshace en el infinito
mientras a la lluvia  la confundo con tu voz.



ENAMORARTE


MADRUGADA


¿Cómo se hace
para que el sol de tus deseos
agonice en la playa de mi piel?

¿Cómo se hace
para no ser  bostezo
de tu cansancio
ni  silencio en tu soledad?

¿Cómo se hace
para sostener las dudas
en la cuerda floja de mi incertidumbre
y no precipitarme
en el despeñadero de la melancolía?

¿Cómo se hace
para ser
beso,
abrazo
y silencio
en el poema de tus necedades?

¡Y cómo se hace
para amarte tal como eres:
madrugada,
sombra,
misterio…!


ORGÍA


Esta manía 
de tener un amante cada noche
colgado del lecho,
metido en mi piel,
trastornando los sentidos.
Esta manía
tiene de perverso y de curioso.
Los amantes  crecen
con mis años,
puedo disfrutar de todos…
sus turnos no tienen
que ver con el tiempo,
algunos son cortos en su orgasmo,
plácida caricia del momento,
me llevan al éxtasis
 y las horas se detienen.
Esta manía
de abrir las puertas del infierno
con la llave del espanto en erección,
amorfo, etéreo…
pájaros sin plumas, que vuelan infinito,
anidan en mi mente perturbada,
picos que taladran el alma,
alas multicolores que todo lo han visto.
Esos mis amantes…
son los libros.






BARCO DE PAPEL



Me has hecho mar de leva.
De un soplo has roto mi cántaro,
bosque húmedo,
que a la orilla del laberinto
barre mi edad de leyenda.

Me has hecho ola,
espuma desnuda de la utopía,
delirio en busca del mito.

Me has hecho tempestad,
torrente en el punto exacto de mi cuerpo.

Me has hecho playa,
sueños de arena
en donde ancla
tu barco de papel.










SEXONEGRO


Acurrucado está mi beso
en el regazo de la lontananza:
tímido,
dolido,
hecho lágrimas.
Beso que sabe,
que siente,
Siente y suena,
sentido y sensual,
sensual sexonegro,
sexo de la traición.
Ahora,
en el hilo de la melancolía
enhebro tus besos
que van,
que vienen,
Vienen y duelen,
duelen al verso,
llora el poema,
Halo y huella de mi destino.











ABRIL


Va de regreso mi ternura,
desciendo por los días
en que tomé tu mano
y encuentro tu beso,
colibrí de mil flores que picotea
en mi boca de mariposa transparente,
entretejiendo los colores de la pasión
y los orgasmos de la luz.

Brindo por tu boca
que descubrió mi entraña,
hilvanando estrellas
para  cubrir mi piel de organza
cuando regrese la noche


Brindo por el hilo de tu voz
que acaricia la memoria de los besos
y murmura:
¡somos tan  añejos amor
que hoy naufragamos
en las agujas del reloj!

MELODÍA


Como el canto de un pájaro
que se desliza por un rayo de luz
sostenido en su do re mi…
así quisiera cantar yo.
Como el grito  de una ola,
de una roca herida,
de una piedra prisionera,
en el desierto amarillo de mi existencia,
así quisiera gritar yo.
Como el siseo de un querubín
En busca de su lira,
extraviado en el regazo de cupido,
así quisiera musitar yo.
Como la sinfonía de la libélula
Cuando anuncia sus presagios en el misterio  de sus alas,
así quisiera orquestar yo.
Como la voz inmortal de Gardel, Sinatra, Piazzola
en Paris, New York o Buenos Aíres,
 así en mi guarida quisiera eternizarme yo.
Como rana, luciérnaga, o al menos cigarra,
¡Dios de los cielos!
Permite que cante mis versos.

jueves, 14 de febrero de 2019

En la estantería



Ya no le temo a los agujeros
de las paredes cuarteadas
por donde brotan los muertos
que gimen con urgencia su  desdicha.
Ya no le temo a las tardes
 vestidas de ausencia
 que aprietan tu olvido
 en la estantería del Amor.
Ya no le temo a la lluvia
que  no cesa y se hace gorrión
en la memoria de mi noche
cuando roza el amanecer.
Ya no le temo al silencio
que ronda entre el ulula del búho
y el murmullo de la hojarasca,
ni al relámpago fulminante,
ni a los postigos donde se asoman los muertos,
ni a la travesía que roe la vida,
porque ahora viajo de tu mano…
 soledad.





Piel del tiempo


Reloj piel del tiempo,
¡quédate quieto!
no estorbes a mi silencio que teje soledad
mientras las horas danzan sobre el olvido
y  repaso su nombre en mi rosario  de siseos,
 bajo el alero viejo,
 testigo de  la enredadera de besos
que sembré en su boca.

Reloj piel del tiempo,
mariposa en fuga es la espera
 cuando su  recuerdo,
fósforo que enciende mis entrañas,
mantiene viva su huella,
 misterioso tatuaje del destino
que hizo nido en mi alma.

Amor piel del tiempo,
dile que regrese:
 vestido de besos,
de versos
o quizá de huesos,
que tanto tiempo sin él
ha agrietado nuestras pieles de arena,
y que el olvido sólo trae soledad.

Amor, piel del tiempo,
¡quédate quieto!
escucho sus pasos,
su silencio…
¿Será acaso su fantasma
que viene para arañar nuestra tumba?

Amor, piel de tango
¡no te detengas!
 bandoneón de las horas
danza
llora, ríe,
que él ha llegado para quedarse
en el insondable beso de la eternidad,
para hilvanar de esplendores y presagios,
los más ardorosos temblores del deseo
y los viejos rastrojos del olvido.